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Comentario al Evangelio de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

Por: Redacción.


En esta Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, el Evangelio nos habla del profundo diálogo entre Jesús y Pilato, un encuentro que revela el corazón del reinado de Cristo. Mientras Pilato le interroga sobre su identidad como rey, Jesús proclama que su Reino no es de este mundo y que ha venido para dar testimonio de la verdad. Este pasaje nos invita a meditar sobre qué significa reconocer a Jesús como Rey en nuestras vidas y cómo su Reino transforma nuestra existencia.



Pilato y el dilema de la verdad.

La pregunta de Pilato a Jesús: "¿Eres tú el rey de los judíos?" revela algo profundo: la búsqueda humana de la verdad. Pilato representa a todos aquellos que enfrentan el dilema de reconocer a Cristo como Rey o seguir las voces del mundo. Jesús no responde con afirmaciones políticas ni con promesas de poder, sino con una verdad que va más allá de lo material: "Mi Reino no es de este mundo". Este diálogo nos invita a reflexionar sobre nuestras búsquedas personales de la verdad. ¿Reconocemos la voz de Jesús en medio del ruido del mundo? Como dijo el Papa Francisco, “El reino de Cristo no se impone con la fuerza, sino con el testimonio y la humildad.”


Un Reino que trasciende lo terrenal

Cuando Jesús declara que su Reino .no es de este mundo, redefine el concepto de realeza. Su poder no se basa en ejércitos ni en políticas, sino en el servicio, el amor y la verdad. En un mundo que valora el éxito material, Jesús nos recuerda que lo verdaderamente eterno se encuentra en la justicia, la misericordia y la paz. ¿Qué lugar ocupa este Reino en nuestras vidas? El Papa Francisco lo explica así: “Jesús no tiene ambiciones políticas. Su reino está presente cuando su amor transforma y redime a los corazones.”


Testigos de la verdad.

Jesús proclama que ha venido para dar testimonio de la verdad, y que quienes son de la verdad escuchan su voz. Aquí nos desafía a ser discípulos auténticos, a vivir con coherencia. No basta con reconocer a Cristo como Rey; debemos dejar que su verdad modele nuestras decisiones diarias. ¿Escuchamos realmente su voz o nos dejamos llevar por las "verdades" del mundo? Como el Papa Francisco nos recuerda: “Jesús es un rey que se acerca a nosotros para hacernos parte de su vida y de su misión.”


Cristo Rey, guía de nuestras vidas.

Jesús no busca ser un rey distante ni un juez severo. Es un rey que camina con nosotros, que transforma nuestras dudas y miedos en esperanza. Su reinado no nos obliga; nos invita. Dejemos que sea nuestro rey, permitiéndole reinar en nuestras familias, trabajos y comunidades. Como decía el Papa Francisco: “Este Rey nos da luz nueva en la oscuridad, y con su cruz nos muestra el camino hacia la vida.”


La Virgen María, modelo de acogida

Finalmente, pidamos a la Virgen María, Reina del cielo, que nos ayude a aceptar el reinado de su Hijo. Ella es la primera en mostrar cómo vivir bajo su soberanía: en humildad, confianza y amor. Con su ejemplo, podemos construir el Reino de Cristo en nuestro mundo, uno lleno de justicia y paz.


Que hoy, al celebrar a Cristo Rey, podamos responder como verdaderos discípulos. Digamos con nuestra vida: “Sí, Señor, Tú eres nuestro Rey.” Amén.

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