Por: Iliana López Campos. El 17 de noviembre, la Diócesis de Iztapalapa llevó a cabo el II Encuentro de Bienhechores del Seminario Diocesano, una jornada que inició a las 11:00 horas y reunió a la comunidad para fortalecer la misión formativa y vocacional.
El evento comenzó con dinámicas de integración dirigidas por el Pbro. Adrián Sánchez Fernández, Promotor Vocacional de la Diócesis. Posteriormente, se presentó la estructura del Seminario, encabezada por Monseñor Jorge Cuapio Bautista, Obispo de Iztapalapa. Junto a él, participan el Rector, Pbro. Esteban Miranda; el Ecónomo, Pbro. Norberto López Navarrete; el Director Espiritual, Pbro. Carlos Andrés Rodríguez Elizondo; así como diáconos, seminaristas y colectores.
Homilía: Un llamado a la misión
La celebración eucarística, presidida por Monseñor Jorge Cuapio, fue un momento central. En su homilía, Monseñor reflexionó sobre la misión evangelizadora, destacando cómo, a lo largo de la historia, incluso quienes se alejaron de la fe se transformaron en misioneros que llevaron la luz del Evangelio a todos los rincones del mundo.
Monseñor enfatizó la importancia del trabajo conjunto para construir el Reino de Dios:
“Es tiempo de trabajo. Jesús nos dice que, para que el Reino de Dios no caiga, debemos trabajar para que la fe crezca y alcance a todos. Así se edifica la Iglesia”, expresó.
Asimismo, exhortó a los fieles a acompañar a niños y jóvenes en su discernimiento vocacional, reconociendo la belleza de servir a Dios y a la humanidad. Monseñor agradeció el compromiso de los bienhechores con la edificación de la Iglesia local e invitó a fortalecer los vínculos comunitarios.
Encuentro y agradecimiento
Tras la misa, los bienhechores compartieron una comida con los seminaristas, lo que permitió un acercamiento más personal. Como muestra de gratitud, el Seminario ofreció un regalo a los asistentes y los animó a continuar orando por las vocaciones sacerdotales.
El evento concluyó con la bendición impartida por Monseñor Jorge Cuapio, quien alentó a la comunidad a mantenerse preparada y comprometida en el servicio al Señor.
Este encuentro reafirmó la unión entre la comunidad diocesana y el Seminario, fortaleciendo la misión de formar sacerdotes al servicio del pueblo de Dios.
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