Primer Día de Visita Pastoral en la Parroquia de San Felipe de Jesús
- Diócesis de Iztapalapa
- 19 jun
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Actualizado: 20 jun
Por: Víctor Barojas.
El 19 de junio, +S.E. Don Jorge Cuapio Bautista, Obispo de la Diócesis de Iztapalapa, realizó el primer día de su Visita Pastoral en la Parroquia de San Felipe de Jesús, ubicada en la colonia Constitución de 1917, al cuidado del Pbro. Rodrigo Rodríguez Budhy.

La jornada inició con una oración y un encuentro con el Consejo Parroquial, integrado por una amplia variedad de grupos y asociaciones: Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, Equipo de Liturgia, Escuela de Pastoral, Coro Infantil “Alabanzas San Felipe de Jesús”, Asociación Guadalupana, Asociación de San Felipe (Encargadas del Rosario), Asociación Franciscana, Movimiento Familiar Juan Pablo II, Adoración Nocturna, Grupo de Monaguillos, Movimiento Llama de Amor, Catequesis, Equipo Laico al Servicio de la Pastoral, Pláticas Prebautismales y la Asociación de las Carmelitas.

Durante el diálogo, los miembros del Consejo compartieron sus experiencias y el trabajo que realizan al interior de la comunidad. Monseñor Cuapio, tras agradecer su servicio, los animó a asumir juntos la misión pastoral:
“El reto es hacerlo juntos”, afirmó, recordando que la corresponsabilidad no se trata solo de colaborar, sino de construir comunión en torno a una misma visión pastoral.
En ese sentido, los invitó a reflexionar sobre su rol como apoyo del párroco:
“¿Qué ayuda le dan al párroco? El Consejo tiene que ayudarle a ver la realidad”, cuestionó, resaltando que el trabajo conjunto parte del discernimiento comunitario y de la escucha mutua.
Para el Obispo, la clave está en partir de las verdaderas necesidades de las personas. “La primera necesidad la tiene la gente”, dijo. Y a partir de ahí, enfatizó:
“El mirar la necesidad nos ayudará a moldear nuestros servicios”, alentando a no perder de vista el rostro concreto del Pueblo de Dios.
También advirtió sobre los peligros del silencio cómodo:
“La tentación de algunos es no decir nada para vivir en paz”, expresó.Sin embargo, señaló que el discernimiento exige valentía para poner en común las inquietudes de la comunidad:“Debemos poner en común lo que dice nuestro pueblo”, insistió, destacando la importancia de una pastoral que escuche, dialogue y actúe.
Posteriormente, presidió la celebración eucarística por la Solemnidad de Corpus Christi, en la que se hizo presente el espíritu de unidad y fe de la comunidad parroquial.

Más tarde, Monseñor Cuapio sostuvo un encuentro con varias familias de la parroquia que colaboran activamente en la vida eclesial. Ahí, el Obispo profundizó sobre el papel fundamental del hogar en la vida cristiana.
“Nuestra familia es el ambiente donde debe circular el amor”, dijo, subrayando que el amor es el fundamento de toda comunidad.
Sin embargo, su reflexión no se limitó al plano afectivo. Habló también de la dimensión trascendente de la vida familiar:
“La plenitud de la vida es alcanzar la vida eterna”, afirmó.Y añadió que el hogar no solo debe ser lugar de afecto, sino también de salvación:“Tu casa, donde circula el amor, también es el lugar donde puedes alcanzar la vida eterna”.
Esta afirmación fue acompañada de una fuerte llamada de atención:
“Es en tu casa donde te estás salvando o te estás condenando”, expresó con claridad, recordando que la salvación no es un ideal abstracto, sino una realidad que se construye desde lo cotidiano.
Finalmente, subrayó que la Iglesia se edifica desde el núcleo familiar, y que la comunión que se vive en la comunidad tiene su raíz en la vida doméstica:
“Desde la familia se construye la Iglesia y se construye la comunión”, concluyó.
Para cerrar el día, Monseñor Cuapio invitó a los presentes a hacer del amor una acción concreta:
“La mejor manera de demostrar mi amor es por medio del servicio”, afirmó, subrayando que la fe se hace viva cuando se expresa en el compromiso con los demás.
Con este mensaje, el Obispo de Iztapalapa alentó a toda la comunidad a seguir caminando unida, viviendo su vocación cristiana desde la escucha, el discernimiento y el servicio fraterno.
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