Toma de Posesión del Pbro. Gabriel Alejandro Vázquez Huchín en la Parroquia de la Divina Providencia en la Colonia Vicente Guerrero
- Diócesis de Iztapalapa

- 22 sept
- 3 Min. de lectura
Por: Anahi Torres.
La tarde del 21 de Septiembre, el Pbro. Gabriel Alejandro Vázquez Huchín tomo posesión como Párroco de la Parroquia de la Divina Providencia, ubicada en calle 2 Guadalupe Magaña 3, U.H. Vicente Guerrero, Iztapalapa. La Celebración Eucarística fue presidida por +S.E. Jorge Cuapio Bautista, Obispo de la Diócesis de Iztapalapa.

Durante la homilía el Obispo de Iztapalapa reflexionó sobre el Evangelio del XXV Domingo Ordinarii invitando a cuestionar cómo valoramos los bienes en nuestra vida. Recordó que, en la parábola, los jóvenes estaban más ocupados con las riquezas que con su padre, y destacó la importancia de tener un corazón alineado con lo esencial:
“¿Quién es más importante? Todo depende del estado de tu corazón. La palabra nos recuerda que el Señor creó el Cielo y la Tierra; no hay más ni menos. Todo lo hizo por nuestro bien y felicidad, pero a veces nos dejamos llevar por la ambición y la obsesión. Esto nos ciega ante los dones que Dios nos ofrece, y nos puede llevar a la injusticia, al fraude y a la explotación”, señaló.
El Obispo subrayó que la ambición refleja insatisfacción, algo incompatible con la vida de un cristiano y discípulo de Jesús. Por ello, exhortó a los fieles a pedir la gracia del Espíritu Santo para cultivar un corazón humilde y generoso:
“Ser bueno no depende de la cantidad de bienes que tengas, sino de cómo los usas. Debemos trabajar con esfuerzo, ganarnos el corazón del Señor con obras y servicio a los demás”, añadió.
En relación con la vocación sacerdotal, recordó que un sacerdote entrega paz y reconciliación a quienes confiesa, vida a quienes bautiza y fortaleza a su comunidad mediante la oración. Así, la vida sacerdotal se convierte en un compromiso diario de servicio y cuidado de los bienes que Dios nos confía.

Más adelante, el Pbro. Daniel Cordero, Canciller de la Diócesis de Iztapalapa, hizo lectura al nombramiento del Pbro. Gabriel Alejandro Vázquez Huchín como administrador parroquial en la Parroquia de la Divina Providencia, mencionando todas las responsabilidades como párroco.

Posteriormente, el nuevo párroco, realizó la profesión de fe y se comprometió a enseñar con fidelidad los Santos Evangelios. El Pbro. Andrés Hernández Tinoco fue el encargado de revestirlo con los ornamentos propios de su nueva misión.

Posteriormente, se realizó la procesión a los diversos lugares celebrativos de la Iglesia parroquial, sobre todo en los que litúrgicamente se celebran los sacramentos de la fe, significando la encomienda pastoral:

Sede presidencial: Es el lugar que ocupa quien preside la celebración y uno de los espacios desde los cuales se predica, es decir, se enseña al pueblo congregado. Este sitio lo ocupa el párroco, encargado de la cura de almas en esta comunidad parroquial.

El altar: Es signo de Cristo. Los Padres de la Iglesia afirmaban que Cristo mismo fue al mismo tiempo sacerdote, víctima y altar. Por ello, el altar es venerado en toda celebración litúrgica.

La Capilla del Santísimo Sacramento: Este es el corazón de la parroquia, porque allí se encuentra Cristo mismo presente en el sacramento eucarístico. Es el lugar al cual todos los fieles deberían dirigirse primero para hacer oración; de este diálogo nace la fuerza para los católicos.

El bautisterio: La pila bautismal es el lugar donde se realiza el signo que nos incorpora al Cuerpo Místico de Cristo, haciéndonos miembros de la Iglesia, hermanos de Cristo y templos del Espíritu Santo. Allí comienza la vida de gracia.

La sede confesional: Es donde se dispensa la misericordia de Dios. La reconciliación es el sacramento en el cual los fieles, mediante la confesión de sus pecados, piden perdón y reciben el abrazo misericordioso de Dios a través del sacerdote.

Las llaves de la Iglesia (en la entrada): El párroco recibe las llaves del templo como signo de su misión. La puerta recuerda que Cristo es la puerta del redil y del Reino de los cielos. Al atravesar su umbral, los fieles entran para encontrarse con Él y con la comunidad, como familia en la casa del Padre.

El campanario: Las campanas convocan a los fieles a la asamblea celebrativa. Desde tiempos antiguos, su sonido se interpreta como signo del llamado de Dios.

Al finalizar la Santa Misa, el Pbro. Andrés Hernández Tinoco dirigió unas palabras a Monseñor Jorge Cuapio, agradeciendo la confianza depositada en él para servir a la Diócesis de Iztapalapa, así como a la comunidad por todo el trabajo, apoyo y solidaridad brindados durante este tiempo. Seguidamente, el Pbro. Gabriel Alejandro Vázquez expresó un mensaje en sintonía con lo dicho por Monseñor Jorge:

“Me entregan unos bienes para ser bien administrados y así compartirlos con los hermanos. Agradezco a Dios por esta gran oportunidad de seguir trabajando. Debemos aprender a ser ovejas que escuchan a su pastor. Es un cambio drástico, pero no imposible; trabajaremos con mucho ánimo”.
Al concluir la Santa Misa, se realizó una convivencia con la comunidad, fortaleciendo los lazos de fraternidad y unidad entre los fieles.





Comentarios