Celebran la Fiesta Provincial del Presbítero en el Seminario Menor
- Diócesis de Iztapalapa
- 4 ago
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Por : Esli Marihan Bahena Rivas.
El 4 de agosto se celebró la Fiesta Provincial del Presbítero en el Seminario Menor, con la participación de sacerdotes de la Arquidiócesis de México y de las Diócesis de Iztapalapa, Xochimilco y Azcapotzalco. El encuentro tuvo como objetivo renovar el compromiso sacerdotal, fortalecer la fraternidad presbiteral y reflexionar sobre el papel del sacerdote como profeta y testigo de la esperanza.

A partir de las 11:00 horas, los presbíteros comenzaron a llegar al recinto, donde fueron recibidos con una breve bienvenida que incluyó la mención y presencia de los obispos de la provincia eclesiástica.

El acto de apertura inició con una reflexión frente al Santísimo basada en la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8, 35-38): “¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo?”. Se destacó que, a pesar de las tribulaciones, el sacerdote está llamado a permanecer firme en su vocación, sostenido por el amor de Dios y su Palabra.

Posteriormente, el Pbro. Agustín Rodríguez Escadena, de la Diócesis de Azcapotzalco, ofreció el mensaje inicial y dio apertura formal de la jornada. El lema del evento fue: “El sacerdote, profeta y testigo de la esperanza”.

Durante su intervención, el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, retomó una enseñanza del Papa Francisco, invitando a los sacerdotes a no comunicarse únicamente “de mente a mente”, sino también “de corazón a corazón”. Señaló que el diálogo basado solo en la razón puede generar confrontaciones, mientras que cuando se habla desde el corazón iluminado por la Palabra de Dios, se manifiesta la voluntad divina sembrada en cada persona.

Tras este momento, se concedió un breve espacio de silencio para la reflexión personal, en el que se invitó a los participantes a meditar sobre lo que significa ser hoy un profeta de esperanza: alguien que anuncia un camino posible para construir un futuro desde la fe.

Posteriormente, se llevó a cabo un foro sacerdotal con la participación de presbíteros de distintas diócesis:
El Pbro. Luis Enrique Flores Santiago compartió su experiencia vocacional y recordó cómo, desde sus primeros años de formación, buscaba modelos sacerdotales sólidos. Citó el Catecismo de la Iglesia Católica para definir la esperanza como “la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como nuestra felicidad”.
El Pbro. Martín Hernández Aguilar planteó una pregunta central: ¿Cómo podemos ser portadores de esperanza para nuestras familias, comunidades y país? Invitó a los sacerdotes a no perder el vínculo con la comunidad, recordando que todos somos parte del mismo pueblo de Dios. Compartió también su testimonio personal, evocando las enseñanzas del entonces obispo Monseñor Serafín, quien le recordaba que “estamos de paso, y el único que permanece es Cristo”.
Finalmente, Monseñor Wenceslao compartió que su mayor fuente de esperanza es el encuentro cercano con las personas, especialmente con los enfermos. Destacó que la esperanza también implica la espera, una espera confiada en Cristo.

En otro momento, los Obispo de la Provincia dieron reconocimientos a los sacerdotes que cumplen 50 y 25 años como sacerdotes.

La jornada concluyó con un momento de convivencia fraterna entre los sacerdotes, fortaleciendo los lazos pastorales entre las diócesis que conforman la Provincia Eclesiástica de México.
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