Encuentro Diocesano de la RCCES en Iztapalapa

Por: Ulises Junco.

El 24 de mayo se celebró el Encuentro Diocesano de la Renovación Carismática Católica en el Espíritu Santo (RCCES), en el Colegio Consuelo, ubicado en Santa Martha Acatitla.

La jornada inició a las 9:00 horas con un momento de alabanza que invitó a los asistentes a abrir el corazón a la acción del Espíritu Santo, mediante cantos, oración y gestos de entrega. Este espacio concluyó con la oración de tres Avemarías ofrecidas por la Diócesis de Iztapalapa y su proceso de renovación espiritual.

La primera ponencia fue impartida por Eduardo Lara, coordinador diocesano de jóvenes de la RCCES, quien exhortó a salir de la zona de confort espiritual y atreverse a ir “mar adentro” en la relación con Dios. Subrayó la importancia de reconocerse como hijos de Dios para superar los miedos que impiden acercarse a Él.

Recordó que la oración no es una fórmula mágica, sino un encuentro real con un Jesús vivo. Invitó también a integrarse a una comunidad, a vivir sin temor el testimonio cristiano, incluso dentro de la familia, y a reflejar la gloria de Dios con valentía.

La segunda ponencia estuvo a cargo del Pbro. Evaristo Casas, quien insistió en que cada cristiano debe ser un signo viviente de que Dios está vivo. Llamó a vivir la fe con autenticidad y esperanza, alejándose de una espiritualidad superficial. “La tumba no es el final, sino el comienzo de todo”, expresó, recordando que el testimonio cotidiano es el verdadero inicio de la vida cristiana.

Después de su participación, se llevó a cabo un momento de adoración al Santísimo Sacramento, donde los asistentes alabaron, oraron, lloraron y aclamaron a Dios con profundo fervor.

La ponencia final fue ofrecida por Pedro Jiménez, coordinador general del encuentro, quien reflexionó sobre el pasaje evangélico de la resurrección de Lázaro. Destacó la necesidad de una conversión auténtica y personal, cuestionando si realmente seguimos a Jesús o solo lo buscamos por necesidad. Invitó a vivir una experiencia profunda con el Señor, dejar atrás al hombre viejo y abrazar una espiritualidad transformadora: “Jesús lo quiere todo de ti, no solo tus migajas”.

La jornada concluyó con la celebración de la Santa Misa, presidida por el padre Miguel Ángel Rodríguez. En su homilía recordó que el corazón del Evangelio está en el amor a Dios y al prójimo. Invitó a no renunciar a la fe y a convertirnos en “pan” para los demás, incluso para quienes no comparten nuestras creencias, fomentando siempre el encuentro, el diálogo y la santidad.

El evento finalizó con una fotografía grupal, anuncios de próximas actividades y un agradecimiento especial a los servidores, a los asistentes y, sobre todo, a Dios Nuestro Señor.