Primer Día de Visita Pastoral en la Parroquia de Santa María de Guadalupe

Por: Lizeth Álvarez.

El 31 de julio, Monseñor Jorge Cuapio Bautista realizó su primera Visita Pastoral en la Parroquia de Santa María de Guadalupe, ubicada en la colonia Guadalupe del Moral, en la zona de Miguel Hidalgo 1, Iztapalapa. La parroquia forma parte del segundo Decanato y está a cargo del Pbro. Nemorio García Vega, quien recibió con alegría al Obispo de Iztapalapa.

Presentación de los grupos parroquiales

La jornada comenzó con la presentación de los diversos grupos que conforman la vida parroquial. Cada uno expuso brevemente su labor, sus retos y su compromiso pastoral:

• Equipo de Catequesis, coordinado por Alicia Moredia.

• Ministros de la Eucaristía, a cargo de Dolores Miranda.

• Pláticas Prebautismales, coordinadas por María del Rocío Rodríguez.

• Adoración Nocturna, encabezada por Francisco Mejía.

• Formación Cristiana, dirigida por Juan Francisco Jiménez.

• Ministros de música litúrgica, con Omar Beltrán.

• Liturgia, coordinada por Flor Guerrero.

• Grupo Guadalupano y Monaguillos, ambos bajo la coordinación de Leonardo García.

• Grupo "Una Cana al Aire", a cargo de María Luisa Centella.

• Caridad Parroquial, liderado por Loyda Rodríguez.

• Vecinos Unidos por el Bien Común, asociación civil de la colonia, coordinada por Ramón Muñoz Andrade.

Durante su intervención, algunos grupos compartieron preocupaciones concretas sobre su labor pastoral. Por ejemplo, los Ministros de la Eucaristía señalaron la necesidad de más voluntarios para atender a los enfermos que no pueden asistir al templo, y los catequistas recalcaron que “los niños son el futuro de la Iglesia, de la sociedad y de la familia”.

Palabras de Monseñor Jorge Cuapio

Luego de escuchar atentamente a cada grupo y a los fieles que se acercaron con inquietudes, Monseñor Cuapio dirigió un mensaje cercano y fraterno a toda la comunidad. A través de distintas reflexiones, destacó la importancia de la unidad, el servicio y la comunión entre todos los miembros de la Iglesia.

“Debemos tener una Iglesia donde trabajemos como hermanos”

Con estas palabras, el Obispo enfatizó la necesidad de fortalecer los lazos de colaboración entre los distintos grupos parroquiales.

“Nuestra fe enriquece la fe de nuestros hermanos. Nuestra oración enriquece la oración de nuestros hermanos. Nuestro servicio nos enriquece a todos”

Subrayó cómo el testimonio personal fortalece el caminar comunitario y anima a otros a perseverar.

“Los distintivos que llevamos como grupos son para complementarse, no para separarse”

Pidió que los grupos no se aíslen en sus actividades, sino que se apoyen mutuamente para formar una comunidad verdaderamente fraterna.

“Somos una familia: Dios es nuestro Padre, María Santísima nuestra Madre. Somos hijos de Dios, y entre nosotros somos hermanos”

Invitó a vivir una espiritualidad familiar, de cercanía, amor y apoyo mutuo.

“El gran riesgo de una persona de la tercera edad es la tristeza, la enfermedad, la soledad y el abandono”

Llamó a no dejar de lado a los adultos mayores, reconociendo su dignidad y valor en la comunidad.

“Salvemos a nuestros adolescentes y jóvenes del mal; cuidemos y amemos a nuestros niños; aprendamos y entendamos con amor a nuestros abuelos”

Mostró una mirada integral hacia los distintos sectores que conforman la Iglesia, recordando que todos son parte esencial del Cuerpo de Cristo.

“Distinguirnos, no para separarnos, sino para complementarnos”

Reforzó la idea de una diversidad enriquecida por la comunión.

“Es Dios quien está obrando a través de nosotros, y no al revés”

Pidió humildad a quienes sirven en la Iglesia, recordando que el protagonismo siempre es de Dios.

“La Obra de Dios es muy grande, es maravillosa, está en todos lados y en todo momento”

Invitó a reconocer la presencia de Dios en lo cotidiano, especialmente en la vida comunitaria.

“Debemos ser humildes y responsables al llamado de Dios; seamos de buen corazón al servicio del Creador”

Motivó a vivir con generosidad y entrega la vocación recibida.

“El don es un regalo de Dios: úsalo para hacer el bien a los demás”

Recordó que los talentos personales son para el servicio comunitario.

“Usemos la armonía como una gracia del Espíritu Santo: sin divisiones, sin peleas, trabajando juntos de la mano”

Pidió mantener la paz y unidad como frutos del Espíritu en la misión parroquial.

“Si tú dices una cosa y haces otra, tu servicio será malo. No florecerá en la Iglesia. Que haya armonía entre tus pensamientos, tu corazón y tus manos”

Llamó a la coherencia entre la fe y la vida, para dar frutos verdaderos en la comunidad.

Clausura fraterna

La Visita concluyó con la celebración de la Santa Misa, presidida por Monseñor Jorge Cuapio y concelebrada por el presbítero Nemorio García Vega. Al finalizar, se compartió una cena comunitaria, gesto de cercanía y comunión que refleja el espíritu pastoral que el Obispo promueve en toda la Diócesis de Iztapalapa.